La enfermedad del cáncer: una nueva lectura desde la DBO

domingo, 26 de febrero de 2017 · Posted in

Cáncer es el nombre que se da a una serie de enfermedades que presentan algo en común: el crecimiento de células de manera anormal y descontrolada y la falta de muerte celular.

El Diccionario de la Real Academia, define cáncer como:

2. m. Enfermedad que se caracteriza por la transformación de las células, que proliferan de manera anormal e incontrolada.

4. Proliferación en el seno de un grupo social de situaciones o hechos destructivos. Ej: La droga es el cáncer de nuestra sociedad.

Por otra parte, en el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, define el cáncer como “mal moral que progresa en la sociedad sin que se le pueda poner remedio”.

El cáncer es una enfermedad ante la que mucha gente siente miedo. Esto se debe a la forma de comunicarlo, al tipo de lenguaje bélico que lo describe o a la crudeza de muchos tratamientos. Pero, creo que sobre todo se debe a la incomprensión del proceso de esta enfermedad (tal y como ocurre con el resto de patologías).


Las enfermedades cancerígenas son una forma más intensa que otras de sacar afuera el dolor del alma. Pero, como dijo Platón “El gran error del tratamiento de enfermedades es que hay médicos para el cuerpo y para el alma, aunque no pueden ser separados”.


La mayor parte de las veces, como narró Susan Sontang en el libro que escribió en 1978, “La enfermedad y sus metáforas”, el cáncer da miedo. Es comunicado con más miedo por parte del sistema médico, que emplea términos de guerra para definir lo que provoca y la estrategia para atacarlo.

Ir en contra, derrotarlo, atacar, matar, vencer, invasión, células malhechoras o destructoras, bombardear, guerra química, supervivientes o víctimas…Susan Sontang, con  la que no comparto parte de sus ideas, promueve en su libro una humanización de la enfermedad. Y alienta, a través de metáforas, a estar abiertos a percibir la otra cara que aporta la enfermedad. Ella misma pasó una etapa de cáncer de mama que superó y otra que le invitó a ir más allá de estos límites.

No es el hecho de nombrar, de por sí, lo peyorativo o condenatorio, sino específicamente la palabra «cáncer». Si tratamos a una enfermedad dada como a un animal de rapiña, perverso e invencible, y no como a una mera enfermedad, la mayoría de los enfermos de cáncer, efectivamente, se desmoralizará al enterarse de qué padecen.


El 4 de febrero se celebró el Día Mundial Contra el Cáncer. El sólo hecho de ir contra algo ya supone que ganarás o perderás, pero que todo tiene un coste. Podría ser el Día Mundial a favor de entender lo que ocurre antes de que aparezca una patología cancerígena. Sería mucho más útil para el inconsciente colectivo, que se ha ido cargando de referencias funestas para describir lo que hace el cuerpo cuando no puede gestionar situaciones específicas de estrés. La Madre Teresa dijo una vez, “invitarme a las marchas que vayan a favor de..”

Para la Descodificación Biologica Original, hablar de cáncer es hablar de un estrés fuerte evacuado. Y tener en cuenta que el síntoma da respuesta a un instante de conflicto biológico bien definido, que ha sido dramático, intenso o ha durado en el tiempo. Ante ese conflicto, el cuerpo ha de reparar los tejidos afectados, colocando más células ahí donde la metáfora biológica tuvo que poner en marcha el mecanismo de solución.

Antes de un síntoma, la persona ha vivido un shock muy fuerte e inesperado y altamente desestructurante (enfermedades, problemas con los hijos o con los padres, separación, despido, impagos, infidelidad, abusos, situaciones feas o guarras, frustración, incapacidad de gestionar todo, falta de tiempo, etc).

Este shock provoca un alto estrés y el cuerpo lo gestiona mediante unas fases de enfermedad. La primera fase es la activa. En ella, se destruyen o se hacen más células (tumor). En la segunda pasará lo contrario.

El Dr. Hamer ha llamado tumores falsos a los que suponen menos células en fase de estrés y reconstrucción celular en fase de reparación, como un tumor óseo, los epiteliales o del tejido conjuntivo.

El mismo diagnóstico es causa de un alto estrés, que activa una serie de miedos que están detrás de las llamadas metástasis. Miedo a morir = cáncer de pulmón. Miedo a la enfermedad = cáncer de linfáticos de cabeza, cuello y cara. Es un suma miedo o estrés y sigue con más enfermedad.

La mayor parte de los enfermos de cáncer que ha resuelto la enfermedad dice que ésta le permitió cambiar de vida y hacer lo que realmente le hace feliz. Explica que han dado lugar a prioridades que, por distracción mundana, había dejado de lado. Comenta que se ha reconectado con su lado más espiritual, para escucharse y escuchar al mundo.

Anita Moorjani en el libro”Morir para ser yo”, describe el proceso de abandonar lo inútil de su vida para subirse al carro de lo que realmente importa. Sólo así pudo sobrevivir. Hoy lo cuenta en el libro  y en numerosos vídeos.

La propuesta desde la DBO es: apreciemos la enfermedad con el mensaje que transmite. Sanemos los miedos, miremos la vida como una nueva oportunidad de hacer lo que realmente nos interesa. Y cuando tengamos que marchar, que lo podamos hacer con la paz de un camino recorrido en armonía consigo mismo.

Fuente descodificacionbiologica.es

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