La saliva es un fluido incoloro, inodoro, algo espumoso y muy acuoso. Al día producimos entre 500/1.500 ml. La saliva está compuesta por el producto de las glándulas salivares, células epiteliales descamadas, células plasmáticas, gérmenes y secreciones bronquiales expectoradas.
La saliva cumple con unas funciones muy importantes para nosotros:
Humidificación oral
Lubricación de alimentos
Amortiguación del pH
Digestiva
Antibacteriana
Excretora
Gustativa
Cuando disminuye la secreción de saliva, aparece la sensación de sequedad bucal. Esto puede deberse a modificaciones que se producen en nuestro organismo durante el envejecimiento, a ciertas enfermedades, alteraciones del Sistema Nervioso Vegetativo, radioterapia, al empleo de algunos fármacos o a una mala hidratación.
Cuando la disminución de saliva es prolongada la mucosa se presenta seca, atrófica, en ocasiones inflamada, con sensación de quemadura y dolor. Aparecen problemas para masticar, tragar, saborear los alimentos e incluso hablar, y hay un incremento en el riesgo y la severidad de la caries dental.
Para aumentar la producción de saliva debemos masticar bien los alimentos, se aconseja escoger los productos que precisan una masticación rigurosa, como la zanahoria cruda, el apio y la manzana. Además, se puede masticar chicles sin azúcar entre horas.
Via clinicatafur.com
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