Los expertos recuerdan que el verano es la mejor época para fomentar una alimentación más saludable

jueves, 23 de julio de 2015 · Posted in

El calor suele asociarse a la ingesta de alimentos menos calóricos y a preparaciones culinarias con más beneficios nutritivos
Los expertos recuerdan que el verano es la mejor época para fomentar una alimentación más saludable
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La época estival es una de las mejores para intentar adaptar nuestra alimentación a las recomendaciones de la dieta mediterránea, que pueden resumirse en utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición; consumir diariamente frutas, verduras, pan y otros alimentos procedentes de cereales, especialmente integrales, o legumbres; moderar el consumo de carnes rojas y procesadas, sustituyéndolas por pescados y huevos y consumir muy rara vez dulces y pasteles.

La dieta mediterránea se ha mostrado como uno de los patrones de alimentación más saludables en cuanto a la prevención de las patologías típicas de nuestro tiempo, como la enfermedad cardiovascular, la diabetes y el cáncer.

Según la doctora Dolores del Olmo, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Severo Ochoa y miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Espaola de Endocrinología y Nutrición (SEEN), "estos hábitos de alimentación deben mantenerse a lo largo del año y, por lo tanto, cuando se habla de alimentación del verano no debe diferir, en términos cuantitativos, de la del resto de épocas del año".

En cuanto al reparto calórico de nuestra dieta, la especialista explica que debe ser "similar, independientemente de la estación del año", y recuerda que desde hace décadas, "pero sobre todo a partir del Estudio PREDIMED, la comunidad científica acepta como válidos los patrones de alimentación que difieren del típico 15-30-55 (proteínas-grasa-hidratos de carbono), permitiendo ingestas de grasa que superen el 35% del valor calórico total, siempre y cuando la fuente de los lípidos sea mayoritariamente el aceite de oliva".

Alimentación de acuerdo a las estaciones del año

Por otro lado, la doctora Del Olmo señala que nuestra alimentación, "sí debería cambiar de acuerdo a las estaciones del año, promocionando el consumo de los productos que llamamos de temporada", que son los cultivados respetando su ciclo natural, es decir, aquellos en los que no se han utilizado procesos que aceleren ni fuercen su crecimiento o maduración.

La composición nutricional de los alimentos de temporada, "sobre todo de las frutas y las verduras, parece ser distinta en cuanto a vitaminas y minerales". Se sabe que factores "como el clima, las condiciones de cultivo, el estado de maduración y el tiempo que el alimento permanece almacenado pueden modificar su composición nutricional, y también son mejores sus cualidades organolépticas, es decir, su textura, apariencia y sabor", comenta esta experta.

Además de ser más saludables, la doctora Del Olmo añade que estos productos suelen ser más económicos. "Las cosechas (en frutas y verduras) y el ciclo de reproducción de los animales (en pescados y carnes) permiten que durante un periodo concreto del año su disponibilidad en las tiendas sea mayor, por lo que, al aumentar la oferta, el precio desciende. Y no solo son más económicos a nivel individual, sino también a nivel mundial, ya que su consumo se asocia a un menor impacto ambiental. Al consumir productos de temporada se facilita que éstos provengan de la actividad agrícola local", aclara.

Más ecológicos

Los productos locales son aquellos consumidos a distancias cortas y razonables en referencia al lugar de producción. "No siempre los productos locales generan menos impacto que los cultivados a mucha distancia. La presión por proveer frutas y verduras fuera de temporada obliga a países con climas fríos a utilizar invernaderos. Esto puede requerir más energía que el transporte desde zonas con un clima más cálido. Muchos de los alimentos que consumimos viajan entre 2.500 y 4.000 kilómetros antes de ser procesados y embalados para su comercialización en nuestro país", señala.

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomiendan escoger alimentos frescos de cultivo próximo y de temporada. Y también el decálogo de nuestra dieta mediterránea promueve su utilización. Asimismo, son muchas las páginas de internet de divulgación nutricional que recogen calendarios con los alimentos de temporada por regiones. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, pero también el de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, disponen de este tipo de recursos divulgativos.

Es un hecho que nuestra alimentación, desde el punto de vista cualitativo, cambia durante el verano, según la doctora Del Olmo. "El calor suele asociarse a la ingesta de alimentos menos calóricos y a preparaciones culinarias más sencillas. Esta forma de cocinar se asocia, además, a beneficios nutritivos. Tomar las verduras crudas, por ejemplo, es la mejor forma de aprovechar todas sus vitaminas y minerales", recuerda.

De hecho, "una de las dos raciones recomendadas de verduras deberían tomarse en crudo, pero también en invierno", según expone la experta, quien concluye que técnicas culinarias como la plancha y el asado "permiten utilizar menos grasas y salsas, reduciendo el aporte calórico de los platos proteicos".


Fuente saludadiario.es

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