Bebidas energéticas y alcohol o deporte: cóctel fatal para los adolescentes

miércoles, 15 de abril de 2015 · Posted in

Un artículo publicado por investigadores españoles advierte de las severas consecuencias cardíacas que puede tener en los jóvenes el consumo de este tipo de productos, que pueden ser adictivos y se relacionan con la fiesta o el ejercicio físico

El creciente consumo de bebidas energéticas entre adolescentes puede tener consecuencias cardíacas fatales en su salud, que van desde arritmias a posibles casos de muertes súbitas por fallos en el corazón. Así lo asegura un artículo recientemente publicado por un grupo internacional de investigadores liderado por dos españoles y que advierte de los riesgos que supone la ingesta de este tipo de bebidas y constata la escasa información que sobre ellas tienen padres y educadores, que en ocasiones las ven como meros refrescos. Su consumo entre los jóvenes, ligado en muchas ocasiones al alcohol o a prácticas deportivas, se produce sin tener en cuenta las consecuencias que el exceso de excitantes (principalmente cafeína) puede acarrear para los adolescentes.

Las implicaciones de estos productos en la salud cardiaca pueden ser muy graves, sostiene el doctor Fabián Sanchis-Gomar, del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre de Madrid, quien considera que es necesaria una mayor regulación e incluso que consten advertencias específicas en los envases. "Nosotros hemos iniciado un estudio sobre los posibles efectos del consumo de estas bebidas energéticas a nivel cardiovascular, pero son necesarias más investigaciones rigurosas sobre los efectos en los adolescentes", ha asegurado Sanchis-Gomar a LA NUEVA ESPAÑA.

Algunas estimaciones consideran que prácticamente uno de cada tres adolescentes entre los 12 y los 19 años consume de manera regular bebidas energéticas, que incorporan grandes cantidades de cafeína y así se hace constar en el etiquetado. Pero en ocasiones suman otras sustancias que constituyen un tipo de cafeína enmascarada, como el guaraná, que procede de una planta originaria de Brasil con el doble de concentración que el café. A veces estos productos contienen no sólo guaraná, sino que también otras sustancias excitantes, como el ginseng o la taurina, que pueden ocasionar interacciones cuyas consecuencias aún son inciertas.

Las bebidas energéticas se publicitan recalcando supuestos beneficios para superar situaciones de fatiga o mejorar el rendimiento físico y cognitivo, pero esos reclamos pueden ocultar riesgos reales. Según el trabajo, que ha publicado la Revista Canadiense de Cardiología, jóvenes con problemas cardiacos subyacentes pueden tener riesgos significativos de padecer arritmias potencialmente mortales u otros tipos de fallos en el ritmo cardiaco. Incluso se han observado casos de fibrilación arterial, un problema inusual en menores con corazones sanos y asociado a la vejez. Esa situación se produjo en un niño de 13 años que jugaba al fútbol tras haber tomado una bebida energética, constata el estudio.

Los investigadores se muestran preocupados por el creciente consumo irresponsable de este tipo de productos. "Se han descrito casos de consumo excesivo de bebidas energéticas y va en aumento", asegura Fabián Sanchis-Gomar. Las sustancias excitantes que incorporan "pueden acabar creando adicción, sobretodo entre adolescentes", añade.

Uno de los principales riesgos está en el desconocimiento social que existe sobre los efectos de estas bebidas, además del hecho de que su ingesta se esté considerando como usual entre ciertos grupos de adolescentes, que además la combinan con alcohol. "Las toman tanto como refrescos como combinadas con bebidas alcohólicas. Hay cada vez más tendencia a consumir grandes cantidades entre adolescentes, asociándola a momentos de fiesta y recreo", explica el investigador del hospital madrileño.

El doctor Sanchis-Gomar desmonta el mito de que se trata de productos asociados a la práctica de deportes. "No hay ninguna situación específica en la que estas bebidas sean recomendables, y mucho menos en adolescentes y combinadas con el ejercicio físico. Estas bebidas se publicitan relacionándolas con el rendimiento deportivo de máximo nivel, pero nada más lejos de la realidad: el exceso de algunos componentes, como la cafeína, la taurina o el guaraná, combinado con una actividad física intensa puede resultar peligroso", asegura. Entre las posibles consecuencias están hipertensión o arritmias.

En el trabajo, en el que participan también el doctor Pareja-Galeano, de la Universidad Europea de Madrid, así como investigadores del Hospital Académico de Parma y la Universidad de Texas, se plantea la necesidad de incrementar la información sobre estas bebidas tanto entre médicos, como en padres y educadores.

"El consumo de café en adolescentes no es recomendable ya que altera la capacidad de concentración y el abuso podría provocar ansiedad y depresión", afirma Sanchis-Gomar. Sin embargo se da la paradoja de que mientras que "muchos padres prohíben a sus hijos tomar café o bebidas refrescantes de cola, en cambio no lo hacen con las bebidas energéticas al considerarlas un mero refresco y, por tanto, inocuas".

Los investigadores señalan algunas advertencias importantes que deberían ser conocidas, como que es desaconsejable el consumo de bebidas energéticas antes o durante la práctica de ejercicio físico, que los adolescentes con algún problema cardiaco deberían consultar a su cardiólogo antes de ingerir este tipo de productos, o que el consumo excesivo de bebidas energéticas mezcladas con alcohol o drogas, o ambas, puede ocasionar efectos adversos severos, incluida la muerte.

"Una lata de 250 mililitros contiene unos 80 miligramos de cafeína, que sería el equivalente a una taza de café, pero cada vez las presentaciones que se ofertan son mayores, con envases de 750 mililitros e incluso un litro. Podríamos estar hablando entonces de una concentración de cafeína equivalente a tres o cuatro cafés. Pero hay que tener también en cuenta el efecto que pueden causar los demás componentes añadidos. No se ha estudiado con rigor las consecuencias de combinar componentes como la cafeína, la taurina, el guaraná, el ginseng, la clucuronolactona o las vitaminas del grupo B", explica Sanchis-Gomar.

Por eso, los investigadores consideran que, dado que aumenta el consumo de bebidas energéticas, los médicos deberían preguntar a sus pacientes adolescentes si las consumen para advertirles de los posibles síntomas que puede causar el exceso de sustancias excitantes y explicarles los riesgos que supone combinarlas con alcohol. "Es importante que los médicos entienden la falta de regulación que existe sobre el contenido en cafeína y otras sustancias de estos combinados altamente energéticos. Los padres deberían estar informados sobre los riesgos de padecer arritmias cardíacas o desarrollar ansiedad y fobias por un excesivo consumo de este tipo de bebidas", advierte Sanchis-Gomar.


Via lne.es

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