Migrañas en niños.

sábado, 18 de octubre de 2014 · Posted in

Las migrañas son un tipo especial de dolor de cabeza que se repiten en el tiempo y con unas características bastante concretas que las diferencian de las cefaleas comunes, un cuadro que también suele preocupar cuando se presenta en niños. Lo normal es que las migrañas, aún pudiendo ser de formas muy diferentes, cumplan al menos dos de estas características: suele doler uno de las dos mitades del cráneo, mejora con el sueño, puede percibirse como pulsátil (dolor con cada latido del corazón), es bastante dolorosa, empeora al moverse el niño y pueden acompañarse de otros síntomas como vómitos, alucinaciones leves u olores extraños.

No se conocen los motivos exactos que generan las migrañas, aunque se sabe que está relacionada con dilataciones y espasmos de las arterias cerebrales. Existe un componente genético considerable, ya que lo normal es que haya antecedentes de migraña en la familia del niño que la padece, y otro componente ambiental, ya que son múltiples los factores  que pueden desencadenarla, como ciertos alimentos, el estrés, el cansancio u otros.

Qué síntomas producen

Las migrañas generan cuadros de dolor de cabeza que pueden durar horas y que el niño suele describir como pulsátil. Aunque en los adultos suele afectar a una mitad del cráneo, es habitual que en los niños duela toda la cabeza. También es frecuente que haya otros síntomas asociados, como dolor abdominal, vómitos o visión de luces o destellos. La forma más frecuente en niños es la denominada migraña común, en la que sin previo aviso el niño empieza con un dolor de cabeza, de tipo pulsátil y que se prolonga durante varias horas, que puede afectar a uno o a los dos lados de la cabeza. Suele haber síntomas como vómitos y dolor abdominal junto al dolor de cabeza.

En la migraña clásica existe un período previo denominado aura en el que se suelen ver destellos de luz u otros signos que el niño constata antes del inicio del dolor de cabeza, de tipo pulsátil y que se prolonga durante varias horas. Suele asociar síntomas digestivos como vómitos, dolor abdominal y falta de apetito. La migraña compleja es más propia de adultos y asocia síntomas neurológicos llamativos en relación al episodio, casi de cualquier tipo, en función de la zona del cerebro que esté más afectada por el cuadro.
Estos síntomas pueden ser muy variados y llamativos, siendo el nexo común que son neurológicos.

Cómo se diagnostican

En las cefaleas es fundamental aportar todos los datos posibles para que el pediatra pueda realizar una detallada historia clínica. Entre los datos que interesan especialmente al pediatra se encuentran la edad, la evolución del dolor, su periodicidad, la localización, cómo se percibe, cuándo aparece y desaparece, cómo aparece, síntomas que se relacionan con él, etc.

De especial importancia pueden ser los antecedentes familiares ya que muchos tipos de cefaleas pueden ser hereditarios. Lo habitual es que si el niño las tiene,  haya antecedentes familiares. Algunos antecedentes personales también pueden ser de especial interés ya que pueden hacer sospechar de determinadas patologías.

Las pruebas complementarias se orientarán según los hallazgos de la historia clínica y la exploración, de ahí la importancia de que los datos aportados para la historia sean lo más fiables y detallados posibles, aunque las migrañas son relativamente fáciles de distinguir del resto de cefaleas.

Cómo se tratan

De salida se suelen usar analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno junto con reposo, aunque a veces estas medidas pueden no ser suficientes. En caso de que existan vómitos  asociados e intensos el pediatra puede prescribir algún fármaco. La medicación siempre debe estar controlada por un profesional.

El tratamiento específico de las migrañas se basa en el uso de fármacos como la dihidroergotamina, el sumatriptán u otros, que no se pueden dar en todas las edades ni en todos los niños, ya que tienen efectos adversos y contraindicaciones. También pueden darse tratamientos para prevenir la aparición de nuevos episodios, como los betabloqueantes, la ciproheptadina o los antidepresivos tricíclicos. En caso de dolor intenso, si el niño puede beneficiarse del uso de oxígeno en mascarilla en un servicio de Urgencias.

Signos que deben generar preocupación en las cefaleas

La mayoría de las cefaleas y migrañas en niños son benignas. Sin embargo, los padres suelen preocuparse, preguntándose si ese dolor puede esconder un proceso grave, como un tumor o una infección severa. Los datos que deben poner en guardia a unos padres ante cefaleas sospechosas son la edad corta (aunque los niños pequeños también se quejan de dolor de cabeza por fiebre), evolución cada vez a peor, aumento del dolor con los cambios de postura o al levantarse, vómitos fuertes hacia delante, signos que puedan hacer sospechar meningitis como la rigidez de nuca, síntomas neurológicos como movimientos raros, pérdida de conocimiento o convulsiones, o bien que el dolor impida que el niño haga su vida normal o que se asocie con fatiga o con pérdida de peso. Estos cuadros u otros similares siempre deben suponer un motivo de consulta urgente.

Via notodoespediatria.com

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