Dormir bien se ha considerado en muchas ocasiones un lujo que no nos podemos permitir, pero es importante borrarnos esta idea. Dormir bien no es una cuestión de lujo, es una necesidad vital.
Llevar un estilo de vida cerebro saludable es importante para sentirnos bien, para prevenir enfermedades como el Alzheimer y el deterioro cognitivo leve, además de para mantener un rendimiento cognitivo óptimo actual y futura. El estilo de vida cerebro saludable es una combinación de hábitos que se compone de distintas disciplinas, como llevar una nutrición equilibrada, realizar actividad física con regularidad, manejar eficazmente el estrés y las emociones negativas crónicas, y dormir bien, entre otros.
Dormir bien es imprescindible para que todo nuestro organismo, en especial el cerebro, funcione de manera correcta y no se produzcan alteraciones. Los avances en el campo de la neurobiología del sueño y la neurociencia cognitiva han evidenciado un papel fundamental del sueño en la cognición.
A medida que envejecemos la cantidad de tiempo dedicado al sueño de buena calidad y continuo disminuye, y se ha demostrado que existe un vínculo entre los trastornos del sueño y el deterioro cognitivo. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los datos epidemiológicos siguieren que alrededor del 30% de la población mundial sufre problemas de sueño y que un 9% sufre de insomnio crónico. Estos desordenes pueden deberse a problemas como la ansiedad, la depresión o ruidos ambientales entre otros.
En un adulto las necesidades de sueño varían de 7 a 9 horas en función de cada persona. Hay que precisar que cada uno necesitamos unas horas de sueño concretas para que nuestro cuerpo y mente descanse correctamente. Por ello, es importante averiguar cual es nuestro patrón del sueño adecuado para que a la mañana siguiente nos despertemos descansados.
Estas necesidades de sueño pueden verse alteradas por dos factores. El primero es la necesidad de sueño basal, que consiste en la cantidad de horas que nuestro cuerpo necesita para un rendimiento óptimo. El segundo factor es la deuda de sueño que se fundamenta en la falta de sueño acumulada. Esta carencia acumulada puede deberse a malos hábitos de sueño, enfermedades, preocupaciones, etc.
Los beneficios del sueño de calidad van desde lo fisiológico hasta a lo cognitivo. Dormir bien y sentirnos descansados nos ayuda a reducir el estrés y a estar de mejor humos. Además, dar un descanso de calidad a nuestro cuerpo y permitirle que se restablezca, nos ayuda a mantenernos en nuestro peso. Asimismo dormir bien nos ayuda a mejorar nuestra coordinación y rendimiento físico e incrementa nuestra habilidad para prestar atención y recordar nueva información.
Para cumplir con nuestro cuerpo y darle todas las horas de sueño que necesita, aquí os dejamos algunas claves para dormir bien y que tus horas de sueño sean de calidad.
Via cogniland.com
Dormir bien es una necesidad vital, no un lujo
