Se trata de mantener la atención de la mente en la observación de un determinado fenómeno, sin emitir juicios, apegarnos o implicarnos.
La meditación Vipassana consiste en la observación impersonal, desinteresada y desapegada de la mutabilidad de los fenómenos que ocurren en nosotros y los que nos rodean.
Vipassana consta de muchas técnicas y variantes.
Preparación para la meditación
Siéntate cómodamente, de tal forma que puedas mantenerte inmóvil toda la práctica, manteniendo la espalda y cabeza rectas.
Cierra los ojos y respira con normalidad.
El tiempo mínimo recomendado para practicar cada técnica son 5 minutos. Si se dispone de tiempo, con la práctica, podemos llegar a meditar un mínimo de 15 minutos.
Observación de la sensación táctil de la respiración
Vamos a observar la sensación que produce el aire al entrar y salir por las ventanas laterales de las fosas nasales cuando inhalamos y exhalamos.
Respira de forma natural, como te sea cómodo.
Lleva la atención a las fosas nasales.
Observa la sensación, frío, calor, cosquilleo, etc.
No debemos alterar el ritmo de la respiración.
Una variante de esta técnica de Vipassana consiste en respirar desde el abdomen y observar cómo se dilata y se contrae esa parte de nuestro cuerpo.
Observación de las sensaciones corporales
En esta técnica se pueden observar uno a uno los fenómenos que ocurren en nuestro cuerpo, recorriéndolo desde la coronilla a los pies, deteniéndonos donde encontremos una sensación que observar.
Llevamos la atención a la coronilla y la vamos desplazando por todo el cuerpo.
Podemos encontrar entumecimiento, hormigueo, dolor, presión, etc.
Detendremos allí la atención un par de minutos, evitando cualquier reacción o juicio.
Tomaremos conciencia de su cualidad, si es sutil, si es intensa, agradable o desagradable, etc.
Recuerda que hay que observarla sin más.
Se repite el proceso con otras sensaciones.
Observación del cuerpo completo
Esta técnica pretende que no hagamos las cosas de forma autómata, si no prestando atención a las mínimas cosas que realizamos en la vida cotidiana, como masticar, escuchar música, acariciar, caminar, etc.
Llevamos la atención a la posición que ha adoptado nuestro cuerpo, a cómo están colocados manos, dedos, pies, etc.
Tomamos conciencia de cualquier movimiento y lo observamos sin juzgar ni implicarnos.
Via trucosnaturales.com
