Enfermedades cardiovasculares

domingo, 26 de enero de 2014 · Posted in

Al hablar de enfermedades cardiovasculares se hace referencia a aquellos padecimientos que afectan al corazón y vasos sanguíneos, por tanto, se incluyen trastornos cardiacos y vasculares.

El corazón y los vasos sanguíneos conforman el sistema circulatorio que conduce y hace fluir la sangre por todo el organismo llevando oxígeno, nutrientes y hormonas a las células del cuerpo y recogiendo los desechos metabólicos que se han de eliminar posteriormente por los riñones a través de la orina y en los pulmones por el aire exhalado.

La fuerza necesaria para que la sangre llegue a todo el cuerpo por medio de la red de vasos sanguíneos es proporcionada por el corazón, que bombea todo el volumen de sangre del organismo (5 litrosaproximadamente) 70 veces por minuto.

En un ciclo continuo, el corazón recibe sangre oxigenada (roja) proveniente de los pulmones y la bombea hacia las arterias. También capta sangre sin oxígeno (azul) que retorna a través de las venas y la bombea hacia los pulmones.

Sin embargo, este ciclo puede verse alterado o interrumpido por diversos factores dando lugar a las enfermedades cardiovasculares, que actualmente, son la principal causa de muerte en el mundo, sobre todo favorecidas por malos hábitos alimenticios y de estilo de vida, obesidad, hipertensión arterial, diabetes y niveles de colesterol elevado.

Tipos de enfermedades cardiovasculares

    Arteriosclerosis. Endurecimiento de las arterias que dificulta la circulación e incrementa el riesgo de formación de ateromas (placas de colesterol y calcio, entre otras sustancias), pues en estas arterias rígidas se fijan con facilidad las grasas que circulan en exceso en la sangre. Su incidencia aumenta según avanza la edad de las personas, así como por factores como obesidad, tabaquismo y falta de actividad física regular.

    Aterosclerosis. Acumulación de productos de desecho celular (ateromas o placas) en las grandes arterias, que llegan a afectar significativamente el flujo sanguíneo o pueden favorecer la formación de coágulos que viajen a otras partes del cuerpo (trombos) bloqueando completamente la circulación de la sangre y priven de oxígeno y nutrientes a los órganos vitales, lo que deriva en isquemia (falta de riego sanguíneo en alguna parte del cuerpo).

    Fibrilación auricular. Trastorno del ritmo cardiaco en el que se producen contracciones no coordinadas de las aurículas en el corazón. Puede desencadenar otros problemas severos como insuficiencia cardiaca o infarto, accidentes cerebrovasculares, entre otros.

    Enfermedades cerebrovasculares (EVC). Aquellas que afectan los vasos sanguíneos que irrigan al cerebro como:

        Derrame cerebral (accidente cerebrovascular/ACV, ataque o infarto cerebral; ictus; hemorragia cerebral). Ocurre cuando una arteria cerebral se rompe (frecuentemente se asocia con hipertensión arterial descontrolada). Esto impide que las neuronas se oxigenen bien y, por tanto, comienzan a morir. Como consecuencia, las partes del cuerpo que son controladas por estas células dejan de funcionar correctamente, lo cual puede generar discapacidad.
        Embolia cerebral. Es un tipo de ACV provocado por enfermedades cardiacas como las arritmias (alteraciones en el ritmo en que late el corazón). Si el flujo sanguíneo se hace lento se favorece la formación de coágulos o trombos en cualquier arteria del cuerpo, principalmente en las de las extremidades inferiores, que al desprenderse en cualquier momento viajan al cerebro y se produce el evento cerebral o los síntomas del AVC.
        Trombosis cerebral. La formación de trombos en las arterias cerebrales puede llegar a interrumpir el flujo sanguíneo del cerebro y provocar derrame cerebral.
        Isquemia cerebral transitoria (ICT) o ataque isquémico transitorio (AIT). Evento en el cual se interrumpe de forma temporal el flujo sanguíneo en las arterias cerebrales, pero sin producir daño permanente. No obstante, estos ataques ponen en riesgo mayor de sufrir isquemia cerebral total; suelen presentarse varios ICT antes de un ACV mayor y es condición de urgencia neurológica de atención médica inmediata.

    Enfermedad arterial periférica (EAP) o enfermedad vascular periférica. Estrechamiento de las arterias lejanas al corazón, principalmente de las extremidades por la acumulación de lípidos o placa, lo que provoca interrupción del flujo sanguíneo. Las piernas son el sitio más afectado, aunque también se puede localizar en riñones, estómago y brazos. De no tratarse adecuada ni oportunamente puede derivar en la amputación, infarto cardiaco o embolia.

    Insuficiencia venosa crónica. Es la relativa dificultad para el retorno de la sangre a través de las venas hacia el corazón. Se acentúa con el sedentarismo y si se está por mucho tiempo en la misma posición. Ocurre comúnmente en las piernas causando las conocidas venas varicosas.

    Trombosis venosa profunda (TVP). Es la coagulación de la sangre en el interior del sistema venoso profundo de las piernas. También se le denomina tromboflebitis profunda o flebotrombosis. Si algún trombo (coágulo) se desprende puede haber riesgo de muerte por embolismo pulmonar.

    Embolia o trombosis pulmonar. Bloqueo repentino de una arteria pulmonar. Por lo general, el desprendimiento de un coágulo de las arterias periféricas (como en las piernas), cuando se padece TVP y viaja por el torrente sanguíneo hasta el pulmón es la causa de este trastorno. Si en número y dimensión los coágulos son grandes, la embolia pulmonar puede causar la muerte.

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Causas

La formación de depósitos de grasa (ateromas) en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan corazón y cerebro es la causa más frecuente de las enfermedades cardiovasculares. También los ACV pueden deberse a hemorragias de los conductos sanguíneos cerebrales o a coágulos de sangre.

Asimismo, los siguientes factores de riesgo aumentan la predisposición para padecer enfermedades cardiovasculares:

    Hipertensión.
    Obesidad.
    Colesterol elevado.
    Diabetes.
    Síndrome metabólico.
    Tabaquismo.
    Falta de actividad física regular.
    Alimentación con alto contenido de grasas y carbohidratos.
    No dormir bien.
    Estrés.
    Historia familiar con enfermedades cardiovasculares.

Síntomas

Casi siempre las enfermedades cardiovasculares se presentan sin dolor ni síntomas obvios, por ello a menudo no se tratan y se llegan a diagnosticar de forma casual cuando se acude a consulta médica por otro motivo. Su primera manifestación puede ser ataque al corazón o enfermedad cerebrovascular.

No obstante, por lo general las personas que están en riesgo de sufrir o padecen sin saberlo alguna enfermedad cardiovascular tienen los siguientes signos y/o síntomas:

    Obesidad.
    Fatiga al realizar mínimo esfuerzo.
    Dificultad para respirar.
    Dolor en el pecho.
    Entumecimiento u hormigueo de piernas y/o brazos.
    Dolores de cabeza frecuentes.
    Dolor en extremidades.
    Moretones en las piernas.
    Várices abultadas.
    Hinchazón de extremidades.
    Apnea durante el sueño.
    Accesos de tos cuando realiza esfuerzos, incluso con tan solo reír, con sibilancias en el pecho.

En caso de accidente cerebrovascular:

    Dolor de cabeza intenso y repentino, incluso al estar acostado y dormido, lo cual despierta al individuo; el malestar empeora al cambiar de posición o cuando se agacha, tose o hace algún esfuerzo.
    Pérdida de conocimiento, coma, somnolencia.
    Cambios en la capacidad auditiva (oídos sordos o sonidos lejanos).
    Alteraciones en la sensibilidad, que impide percibir el cambio de temperatura o algún dolor.
    Torpeza, confusión o pérdida de memoria.
    Falta de control de esfínteres.
    Pérdida del equilibrio y de la coordinación.
    Dificultad para deglutir.
    Debilidad muscular, hormigueo y entumecimiento casi siempre de un solo lado del cuerpo.
    Problemas de visión (doble, borrosa o ceguera total).
    Dificultad para hablar y entender lo que otros dicen.

Cabe mencionar, que estos síntomas generalmente se presentan de forma repentina y sin aviso o pueden ocurrir por intervalos durante uno o dos días. Asimismo, dependen de la gravedad del ACV y de la zona afectada del cerebro, pues incluso en otros casos ocurre que la persona no se da cuenta de que tuvo este tipo de evento.

Diagnóstico

Si se reúnen varios factores de riesgo se debe consultar al especialista para que mediante su evaluación y de acuerdo a historial personal, familiar y médico se confirme o descarte alguna enfermedad cardiovascular y en tal caso se pueda tratar oportunamente.

En el consultorio el médico podrá examinar:

    Presión arterial y frecuencia cardiaca.
    Corazón y pulmones mediante estetoscopio.
    Pulso en varias partes del cuerpo.
    Ojos, para detectar enfermedad de los vasos sanguíneos, presión arterial alta, y colesterol elevado.
    Piernas y brazos en busca de moretones, várices, hinchazón y/o lesiones.

Asimismo, el profesional de la salud podrá solicitar que se realicen los siguientes estudios de laboratorio:

    Perfil de lípidos o lipídico. Mediante análisis de muestra de sangre se conocen los niveles de colesterol y triglicéridos. Sirve para evaluar el riesgo de bloqueo por ateromas en los vasos sanguíneos del organismo.

    Prueba de glucosa. Sirve para determinar los niveles de azúcar en sangre, pues los vasos sanguíneos se dañan progresivamente cuando existe acumulación mayor a los límites normales o si se padece diabetes, pues ello acelera el proceso de arteriosclerosis aumentando el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular.

    Perfil hormonal. Análisis de muestra de sangre que registra los índices de las diferentes hormonas, sobre todo en mujeres después de los 40 años, ya que al acercarse y/o llegar a la menopausia, los niveles de estrógeno descienden, provocando alteraciones metabólicas, que predisponen a la obesidad y son considerados factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares.

De acuerdo al caso, el médico puede solicitar pruebas de laboratorio más específicas.

Diagnóstico por imagen:

    Radiografía de tórax. Se realizan imágenes en placas mediante rayos X y permite analizar la forma y tamaño de las cámaras cardiacas y los grandes vasos, así como su posición. También permite demostrar calcificaciones en las arterias coronarias o en el pericardio. Asimismo, ayuda a evaluar la estructura pulmonar y la detección oportuna de edemas, incluso antes de que causen síntomas físicos.

    Arteriografía (angiografía). Examen de rayos X de los vasos sanguíneos después que han sido llenados con un medio de contraste. Se realiza cuando se sospecha de bloqueos en las arterias, los cuales podrían estar interfiriendo con el flujo normal de sangre. También ayuda a detectar aneurismas, derrames o hemorragias en el cerebro, estrechamiento y obstrucción de las arterias, así como a descubrir irregularidades que pueden afectar al corazón u otros órganos. Cuando se utiliza para observar las arterias en las manos, los brazos, los pies o las piernas, es llamada angiografía periférica.

    Tomografía computarizada. Se obtienen imágenes de mayor resolución utilizando rayos X, incluso en tiempo real de la función del corazón y vasos sanguíneos. Ayuda a detectar aneurismas ventriculares, enfermedad pericárdica, así como el estrechamiento de las arterias cuando es una tomografía con medio de contraste.

    Resonancia magnética. Técnica carente de radiación mediante la cual se ven las diferencias en los campos magnéticos de los tejidos. Recostado sobre una cama se introduce al paciente en el llamado tubo de resonancia y se obtienen las imágenes en diferentes ángulos y cortes (si son del corazón se llama cardiorresonancia).

    Electrocardiograma (ECG o EKG). Muestra de forma gráfica la actividad eléctrica del corazón, mediante la colocación de electrodos en el pecho, brazos y piernas, en posición de reposo, recostado sobre pequeña mesa. En algunos casos, se realiza con pequeña máquina portátil (Holter) para el registro de la actividad cardiaca durante periodos prolongados (24 horas).

    Ecografía (ecocardiograma y ultrasonido vascular). Técnicas estándares de ultrasonido con las que se obtienen imágenes en tiempo real de dos dimensiones del músculo cardiaco, venas y arterias del cuerpo, sin exposición a radiaciones. Ayuda a detectar cualquier alteración de la estructura del corazón, entre ellas valvulopatías y miocardiopatías, así como alteraciones en su capacidad para expulsar la sangre.

    Ecografía Doppler de extremidades. Utiliza ultrasonido para examinar el flujo sanguíneo en las arterias y venas grandes en brazos y piernas.

    Pletismografía de las extremidades. Compara la presión arterial en las piernas y en los brazos. Para tal efecto se colocan tres esfigmomanómetros en el brazo y la pierna; el especialista a cargo los infla y una máquina llamada pletismógrafo mide los pulsos de cada aparato. De esta forma se registra la presión máxima producida cuando el corazón se contrae (presión arterial sistólica), cualquier diferencia de pulso entre brazo y pierna es indicio de un bloqueo.

    Prueba de esfuerzo. Consiste en ejercitarse sobre una cinta caminadora o bicicleta estática mientras especialistas observan de cerca en monitores la presión arterial, la actividad eléctrica y ritmo cardiaco durante todo ese tiempo. La prueba puede mostrar si existen zonas del corazón con insuficiente suministro de oxígeno. Este estudio tiene variantes en que además se inyecta vía intravenosa un radiofármaco (prueba de esfuerzo nuclear) y con cámara especial se escanea el corazón.

Tratamiento

La terapia indicada por el médico será de acuerdo a las características y severidad de cada caso, pues las enfermedades cardiovasculares tienen signos propios que las distinguen.

    Tratamiento farmacológico. La mayoría de los fármacos están dirigidos a mantener el flujo sanguíneo adecuado, para prevenir obstrucciones y los ataques cardiacos resultantes. Entre los cuales se encuentran anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios, antihipertensivos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAS), antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II), también llamados bloqueadores del receptor de la angiotensina (BRA) y betabloqueantes, fármacos que bloquean el receptor beta adrenérgico.

Asimismo, otros fármacos como las estatinas y fibratos, ayudan a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos e impiden que se acumulen en las arterias, por lo que contribuyen a reducir el riesgo de infarto.

    Tratamiento quirúrgico. Existen diferentes cirugías para tratar enfermedades cardiovasculares, entre ellas:

        Angioplastía y colocación de stent. Procedimiento en el que se coloca dispositivo metálico llamado stent dentro de vasos sanguíneos estrechos o bloqueados que suministran sangre al corazón, para abrir y reforzar sus paredes.
        Marcapasos. Implantación de dispositivo electrónico mediante pequeña incisión debajo de la clavícula. Este aparato envía impulsos eléctricos a fin de activar el corazón cuando falla la estimulación fisiológica o normal y para ayudarlo a mantener su ritmo normal.
        Cirugía valvular cardiaca. Procedimiento mediante el cual se reparan o cambian las válvulas del corazón que ya no funcionan adecuadamente, lo cual requiere abrir el corazón o la aorta. Las válvulas se pueden sustituir por prótesis biológicas (cerdo, vacuno, etc.) o mecánicas.
        Cirugía de revascularización coronaria. Intervención en la que se utilizan venas de la pierna, o arterias de otra parte del cuerpo, para desviar la sangre tras la obstrucción de las arterias coronarias, que son las que suministran sangre oxigenada al corazón.
        Balón de contrapulsación intraaórtico. Se implanta en la arteria aorta descendente, conectado a máquina que lo infla y desinfla con gas helio, en sincronía con las contracciones del corazón para mejorar la función cardiaca al estimular mayor flujo de sangre a nivel de las arterias coronarias.
        Cirugía de derivación arterial periférica. Intervención quirúrgica que se realiza para redireccionar el suministro de sangre alrededor de una arteria bloqueada en una de las piernas.
        Trasplante. Cuando corazón, pulmones y riñones están muy afectados por alguna falla en la irrigación sanguínea existe la opción de sustituirlos por otros en mejores condiciones, obtenidos mediante donación. Esta alternativa está sujeta a disponibilidad de órganos, así como a las ventajas y desventajas de acuerdo al estado general de salud del paciente, ya que implica riesgos de infección y rechazo.

Prevención

La prevención es la mejor forma de luchar contra las enfermedades cardiovasculares, por ello es importante implementar cambios en alimentación y estilo de vida de acuerdo con las siguientes recomendaciones:

    Mantener dieta con bajo contenido de grasas y sal; abundante fibra y con alto contenido en frutas y verduras frescas, además de cereales integrales y legumbres.
    Hidratarse adecuadamente, no menos de1 litroy no más de2.5 litrosal día.
    Evitar el tabaco y consumo de estimulantes, porque ello contribuye al envejecimiento prematuro de las arterias y las hace susceptibles a ateromas.
    Moderar la ingesta de alcohol; optar por beber no más de dos copas al día de vino tinto.
    Practicar actividad física de forma regular. Un buen comienzo son 15 minutos diarios, con aumento gradual de tiempo e intensidad del ejercicio.
    Descansar adecuadamente por la noche ayuda a rendir mejor y sufrir menos estrés. Dedica no más de 10 ni menos de 8 horas diarias al sueño nocturno.
    Controlar o evitar situaciones de estrés o ansiedad ayuda a evitar el cansancio físico y mental.
    Acudir a revisiones médicas periódicas para el control y monitoreo de niveles de lípidos (colesterol y triglicéridos), glucosa, presión arterial, mediante pruebas sanguíneas.

Via saludymedicinas.com.mx

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