El corazón de las embarazadas aumenta su esfuerzo hasta en un 50 por ciento

lunes, 2 de mayo de 2011 · Posted in

Con motivo del Día de la Madre, la Fundación Española del Corazón ha hecho hincapié hoy en la importancia que tiene para las embarazadas el cuidado del corazón, cuyo esfuerzo se incrementa hasta en un 50% durante la gestación.

La organización indica que las "futuras mamás" tienen que tener un especial cuidado del corazón si padecen alguna patología cardiaca, pues el riesgo es aún mayor para ellas y sus bebés.

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa no obstétrica de morbilidad y mortalidad materna en el embarazo, ha informado Irene Madariaga, jefe de la Sección de Cardiología del Complejo Hospitalario de Navarra.

La experta ha recomendado a las embarazadas, y especialmente a las que ya presentan cardiopatías, vigilarse periódicamente la tensión arterial, una dieta baja en sal, dejar de fumar y tratar de llevar una vida lo más saludable posible.

Para la paciente cardiópata, resultará imprescindible seguir las indicaciones de un equipo médico multidisciplinar, porque un perfil de este tipo requiere tener presente el riesgo materno y fetal, considerándose como de alto riesgo.

"No podemos olvidar que en algunos casos de mujeres con enfermedad cardiaca, debido a su complejidad, evolución y repercusión, hay que desaconsejar el embarazo por el alto riesgo que conlleva", ha esgrimido la doctora.

Milagros Pedreira, cardióloga del Servicio de Cardiología y Unidad Coronaria del Hospital Universitario de Santiago de Compostela, ha apuntado que en mujeres sanas no tiene por qué presentar complicaciones, siempre.

A lo largo de los nueve meses, son habituales ciertos cambios fisiológicos a los que el sistema cardiovascular debe adaptarse y, en la mayoría de los casos, lo hace sin problemas.

Las principales modificaciones son el incremento del volumen sanguíneo, la frecuencia cardiaca y el gasto cardiaco, es decir, la cantidad de sangre expulsada del corazón.

Además, se produce un descenso de la tensión arterial, tanto la sistólica -durante las contracciones del corazón- como la diastólica -con el corazón en relajación-.

Pedreira ha dicho que el incremento del volumen sanguíneo es un proceso adaptativo que está inducido por las necesidades metabólicas del feto, algo que comienza en la sexta semana de gestación y va incrementándose hasta el parto, cuando se encuentra un 50% por encima de lo habitual.

Asimismo, la frecuencia cardiaca normalmente se acelera en 10-20 latidos por minuto, con un pico a finales del segundo trimestre o a principios del tercero.

Estos dos factores producen una ampliación paralela del gasto cardiaco de la madre -entre el 30% y el 50%-, de modo que se logre la oxigenación adecuada tanto de la gestante como del feto.

Debido a esta situación hiperdinámica, prácticamente todas las mujeres en cinta presentan un soplo suave en el corazón que no conlleva ningún problema añadido y que desaparece tras el parto.

La incidencia de tromboembolismo pulmonar en el embarazo y el puerperio (cuarentena), se estima entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 3.000 partos, y la mortalidad en alrededor de 1 de cada 100.000 embarazos.

Factores como la obesidad, el tabaco, la mayor edad de la gestante, la historia familiar de trombosis o el reposo prolongado pueden favorecer su presentación. Por este motivo, han indicado las doctoras, es importante la prevención, un diagnóstico rápido y un tratamiento eficaz.

Según las expertas, la dilatación de la aurícula contribuye a la aparición de arritmias que pueden ser también habituales y, en mujeres que previamente ya padecían de esta patología pueden hacerse más frecuentes, aunque en general no entrañan gravedad.

El infarto de miocardio, por el contrario, rara vez se presenta en embarazadas y se estima que su incidencia es inferior a 1 de cada 10.000 embarazos.

Fuente: salud.doctissimo.es

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